“La situación de uso y abuso de sustancias psicoactivas en niños, niñas y
adolescentes no sólo en el municipio de Chigorodó sino en todo el territorio
colombiano hace parte de una de las problemáticas más grandes del Siglo XXI y
Colombia aún no dispone de una política pública determinante que centre esfuerzos
e inversión en acciones de prevención, protección y rehabilitación de los
niños, niñas y adolescentes y sus familias. –La investigación social desde la
academia se ha quedado corta en su interés por determinar desde la ciencia qué
hace frente a este flagelo cada día más arrollador y reforzado en la última década
por otros factores de riesgo tales como la contaminación acústica de géneros
musicales que han tenido sus orígenes en países de alta concentración de
miseria y violencia. Para muchos niños, niñas y adolescentes de Chigorodó, en
poco se diferencian la familia, la escuela y la calle, escenarios cotidianos
donde transcurren sus vidas. –Es incontenible el desborde psicosocial de los
territorios, un fenómeno que terminará haciendo colapsar la capacidad de
respuesta de los Estados. Y, de cara a este colapso, incertidumbre y desespero,
la familia sale en la búsqueda de apoyo y de una respuesta en las llamadas ciencias
sociales (medicina, derecho, psicología, psiquiatría, trabajo social,
desarrollo familiar, entre otras) que también se han dejado atrapar por la
fuerza instrumentalizadora del individuo contemporáneo y que vienen demostrando
no servir de mucho y no tener una respuesta a los enigmas que angustian la existencia
y amenazan la supervivencia humana de estos tiempos.” (Gañan
Bedoya, José. Junio de 2015).
Como se referencia a continuación, en Colombia el 40% de los estudiantes entre 11 y 18 años
que hicieron parte del Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas
declaró haber consumido bebidas alcohólicas el último mes; el 5% declaró
consumir diariamente; el 11,7% entre 3 y 6 veces por semana y el 24% 1 ó 2
veces por semana(1). El consumo de cocaína aumento en la población escolar, la prevalencia de
uso de la misma en algún momento de la vida pasó de 1,9% en 2004 a 3,3% en
2011. A pesar de que existe una propuesta para crear un Estatuto Nacional de
Drogas y una Comisión Asesora en políticas de drogas (Resolución 0832 del 10 de
diciembre de 2012, del Ministerio de Justicia), no se ha consolidado una
política real de prevención del consumo de drogas en Colombia, que priorice en
la reducción de la vulnerabilidad de niñas, niños y adolescentes.(2)
Ahora bien, “El Comité de Derechos del Niño sigue preocupado porque los
niños y niñas siguen abusando de las drogas a edades cada vez más tempranas y
que el Estado parte –Colombia, no haya adoptado medidas suficientes para hacer
frente al fenómeno.
El Comité recomienda que el Estado Parte revisar la Ley de 1566 sobre la
atención integral de los usuarios de drogas para incluir acciones específicas
para el cuidado de los niños que son los usuarios de drogas y adoptar una
política específica, de recursos suficientes, lo cual incluye las medidas
oportunas de prevención, protección, asesoramiento y rehabilitación.”(3)
De lograrse en Chigorodó por votación democrática una agenda política
2016-2019 comprometida con la atención de las necesidades de salud y bienestar
de los niños, niñas, adolescentes y sus familias, se tendrá que gestionar desde
diferentes órdenes políticos la inversión en el tejido social de más de 74.000
habitantes.
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Ahora. MINJUSTICIA
(1) Min
Interior, Min. Educación, Minsalud, UNODC. Estudio Nacional de Consumo de
Sustancias Psicoactivas en Población Escolar Colombia 2011. Bogotá.2011. p 20
(2) INFORME
COMPLEMENTARIO AL IV y V INFORMES PERIÓDICOS DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA AL
COMITÉ DE DERECHOS DEL NIÑO PERIODO 2006-2010.
ALIANZA POR LA NIÑEZ COLOMBIANA. Colombia, Junio de 2014. p.20.
(3) Observaciones
finales sobre los informes periódicos IV y V combinados de Colombia, adoptadas
por el Comité de Derechos del Niño, en su sexagésimo período de sesiones
–Ginebra Suiza, (12 al 30 enero 2015).
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