Los niños y las niñas
víctimas de cualquier forma de vulneración de sus derechos en contra de su
dignidad humana y psicológica en cualquiera de los municipios de la subregión
de Urabá y del terriotorio nacional colombiano comunican a gritos un mensaje muy claro: “Sin piedad alguna, la corrupción política y la impunidad estructural por la que está atrevesando nuestro país, nos
están robando el derecho a vivir la infancia, lo poco que nos queda de
familia, lo que nos queda de felicidad; al robarnos las oportunidades nos arrancan el alma y el único aliciente para vivir". -La mente y la conciencia del mundo
adulto enferman a un ritmo vertiginoso;
las estadísticas y los hechos de violencia contra los niños y las niñas así
lo indican. Es innegable la afirmación hipotética de que ser niño o niña en Colombia sea un peligro.
Para muchos niños y niñas el territorio donde viven, la escuela donde estudian y la familia donde por tradición se encontraba protección y crianza, se han convertido en los lugares de más alta peligrosidad e inseguridad. –De no cambiar de conducta, de no hacer algo ahora mismo, de no lograr la sanación de nuestra mente, la pérdida del “sentido por la vida” será la herencia intergeneracional de una sociedad futura que nos verá envejecer entrelazados en prácticas socioculturales de cuidado plagadas de crueldad, indiferencia y olvido. -En consecuencia vendrá la pregunta y el reclamo ¿Qué hicimos mal? ¿Qué sociedad hemos inventado?
El primero de mayo de 2017, en el marco y contexto de la conmemoración del Día Internacional del Trabajo la niñez Colombiana y Antioqueña nos invitan a las y los adultos a cambiar los actos y conductas de violencia por actos y conductas de afecto y amor, a buscar la sanación de la mente y la conciencia. -La infancia colombiana sigue reclamando del Estado y en él a los gobernantes -a la clase política-, a la familia, la escuela y la sociedad civil a que sus voces sean escuchadas y tenidas en cuenta. Que la toma de decisiones políticas atiendan el Interés Superior de la Niñez. (Artículo 3º de la CIDN de 1989).
Para muchos niños y niñas el territorio donde viven, la escuela donde estudian y la familia donde por tradición se encontraba protección y crianza, se han convertido en los lugares de más alta peligrosidad e inseguridad. –De no cambiar de conducta, de no hacer algo ahora mismo, de no lograr la sanación de nuestra mente, la pérdida del “sentido por la vida” será la herencia intergeneracional de una sociedad futura que nos verá envejecer entrelazados en prácticas socioculturales de cuidado plagadas de crueldad, indiferencia y olvido. -En consecuencia vendrá la pregunta y el reclamo ¿Qué hicimos mal? ¿Qué sociedad hemos inventado?
El primero de mayo de 2017, en el marco y contexto de la conmemoración del Día Internacional del Trabajo la niñez Colombiana y Antioqueña nos invitan a las y los adultos a cambiar los actos y conductas de violencia por actos y conductas de afecto y amor, a buscar la sanación de la mente y la conciencia. -La infancia colombiana sigue reclamando del Estado y en él a los gobernantes -a la clase política-, a la familia, la escuela y la sociedad civil a que sus voces sean escuchadas y tenidas en cuenta. Que la toma de decisiones políticas atiendan el Interés Superior de la Niñez. (Artículo 3º de la CIDN de 1989).
________Redacción: José
Gañan Bedoya - psicólogo. Coordinación ninno colombia -voluntarios para la
infancia y Antioquia, primero MIS
derechos, primero de mayo de 2017.
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